martes, 4 de mayo de 2010

Primera parte ...





Si no fuera porque sé con certeza que existe, dudaría en sí fue un sueño.
Puedo permitirme hacer una analogía al narrar lo que ocurrió. Razono o recuerdo los hechos que fueron reales como si los hubiese soñado.
Y como soy la narradora también me permito jugar con el orden temporal de los sucesos, es más interesante para lo que quiero contar, voy a empezar por mi final: una última y reservada mirada.
Empiezo por la analogía: un sueño y este cuento. Se debe a mi estado emocional y anímico en el momento en que sucedió. Soy una mujer con carácter y salvo algunas excepciones me desenvuelvo con espontaneidad, le caigo bien a la gente a todos les cae bien la gente espontánea hoy en día. Intento decidir mis acciones según mis emociones y no por mis pensamientos, porque creo con convicción que las emociones se crean primero y después uno piensa y ahí es cuando se vienen los problemas. Actúo y decido con firmeza en todos los ámbitos de mi vida, soy la que lleva las riendas de mi historia personal. Nada sucede a mí alrededor sin mi visto bueno. El universo funciona entorno a uno mismo siempre en cuando uno sea miope. Tengo una muy buena vista desde que nací y enfoco el universo para que funcione según mi propio prisma.
Puedo afirmar que el país está en crisis porque la gente es miope, salvo muy pocos, que cuando nacimos vimos más allá de nuestra propia madre.
Tuve la oportunidad, el sábado por la noche con una cerveza de por medio que yo tomaba y el no, porque tenía que manejar de vuelta, de discutir sobre Poe, Cervantes y Mujica con alguien que tiene mi misma visión (más terrible aún). El sueño empezó cuando él tomó las riendas del universo y me besó sin pedir permiso. Todo lo hizo sin pedir permiso, nunca me preguntó si quería, sí me preguntó si yo estaba bien.
Creo que por unas horas dejé de existir y no me sentí tan mal, es más, cuando me preguntaba por mi estado, yo era increíblemente sincera.
Ahora sólo recuerdo la mirada, es en realidad en lo único que pienso. Por esa imagen es que todo vuelve a empezar y es por lo que escribo. Lo he estado haciendo de tantas formas que ya no recuerdo en qué momento empecé. No me convenzo de olvidar, no quiero y me da terror. Creo que solo queda el recuerdo, voy a intentar escribirlo de nuevo, tal vez algo más pueda inventar.
Imagen extraída de la película: La hora del lobo de Ingrid Bergman.

1 comentario:

  1. Hola , buenas y santas. Entre los gusanos q si tienen todas esas particulaidades ya los reverencio y si es verdad lo de paralelismos cosmicos estelianos, bueno como sea q vuestras divagancias y filosofia(como dice Charly)barata y zapatos de goma , me intereso por sus venideros textos , un saludo , adios dios.

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